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Anecdotario, por Nora Arrechea

Anecdotario es la palabra que surgió, casi naturalmente, después de los encuentros con el artista, en su taller. Mañanas soleadas de trabajo, charlas e intercambios fructíferos que concluyen con esta primera exhibición de Felipe Pino en Casa Matienzo.
Pensar esta muestra como un compendio de pinturas que refieren a recuerdos o invenciones a partir de experiencias vividas y miradas particulares. Obras que han sido realizadas especialmente para esta exposición acompañada de algunas otras, ya clásicas, en la producción del artista .
Pino habla de sus obras y espontáneamente cuenta alguna historia o hace alguna reflexión de la imagen que vemos. Sin embargo sus pinturas tienen un lenguaje que les es propio, hablan por sí mismas desde sus valores plásticos. Felipe Pino es pintor y se expresa a través del color pleno, saturado, furioso. Dice a través de las figuras, a veces fragmentarias y huidizas, casi planimétricas que se recortan de fondos que tienen entidad propia y no son ingenuos. Nos enfrenta con sus encuadres particulares y desde sus grandes dimensiones. Todas estas características completan su “marca registrada”.
Sus obras nos hablan de la elasticidad extrema de “La contorsionista” o con la mirada extraviada de “La que predice”, a punto de producir una revelación. Nos provocan risa cuando vemos un grupo de “pelados” que agotan recursos para esconder esa apariencia que el pintor hace evidente. El humor, la sátira y la caricatura subyacen en muchas de sus pinturas como en ese personaje siniestro pinchando una nariz que se hincha frente a nuestros ojos o en el gaucho incrédulo, salido de una pintura de Molina Campos, que se asoma sorprendido a un “tajo” oscuro, misterioso, incompresible y anacrónico; guiño y homenaje, del artista, a dos maestros de la pintura. La melancolía de la imagen perdida o soslayada se refleja en el “Espejo añoso”. En otros espejos se vislumbra el deseo que despierta un objeto inerte refugio de solitarios y trasnochados.
Los personajes, protagonistas de las obras, irrumpen desde los límites de las telas o huyen hacia ellos. Las imágenes fragmentadas deben ser completadas por el ojo o la imaginación del espectador. No todo está dicho ni totalmente develado en las pinturas; a Pino le gusta generar estos “misterios” en sus representaciones para sacudirnos del letargo de la mirada pasiva frente a los cuadros de una exposición.
Nora Arrechea, Junio 2017