Ir al contenido principal

MEDICI • PESCE • TOMSIG EN COLEGIALES

La exposición Medici • Pesce • Tomsig en Colegiales reúne los imaginarios de estos tres artistas que generosamente aceptaron nuestra invitación y comparten "como en casa" sus trabajos y las variadas ficciones que producen, el festejo y homenaje al Barrio que los aloja. La exposición se inauguró el viernes 18 de octubre 2013.

En el cierre el Viernes 29 de novienbre 2013 tuvimos la oportunidad de recorrer junto a los artístas la exposición y  compartir una charla abierta con el gusto de encontrarnos con sus obras y sus relatos.
Ésta fue además, la última actividad del año de nuestro espacio galería. Por eso sumaremos también el brindis por un año intenso y fructífero de trabajo donde se fueron sucediendo exoposiciones e intervenciones variadas y de calidad, con apertura a alianzas culturales que nos llevaron a concretar el Salón Colegiales y la participación en otras iniciativas que seguirán dando fruto en el 2014 .

MEDICI . PESCE . TOMSIG EN COLOGIALES
Por Nora Arrechea de Encuentros con el Arte
Para el escritor Massimo Venturi Ferriolo:-“El jardín es el lugar donde a la realidad sucede la ficción”.- La imagen del jardín es metáfora de “legibilidad” del mundo natural, lo vuelve significante y objetivo de contemplación. Las obras de Héctor Medici son sus jardines ficcionales y proponen, al que los observa, una pluralidad de efectos emotivos. Recuerdos de otros jardines recorridos.
Con mano de arquitecto traza jardines ordenados que sin embargo nos invitan a perdernos en las texturas que el artista despliega sobre la tela. Hilos que parecen olvidados, mezclados en la masa de materia pictórica, pero que como el Hilo de Ariadna, han sido puestos allí para guiar el camino de la mirada hacia núcleos definidos. Un laberinto, que visto en planta, nos habilita la salida. Caminos marcados por avenidas vegetales que nos conducen directo a las fuentes, que se yerguen etéreas como fantasmas. Pequeñas figuras, personajes anónimos, juegan en los bordes, se salpican con el agua. Son jardines vividos que tal vez hemos visitado.
Medici trabaja el acrílico y el óleo en capas de colores claros y transparentes; palimpsesto luminoso que nos remite la frescura del aire libre y al agua cristalina de fuentes donde tirar monedas con el deseo de volver. En las paredes, los jardines y en el espacio, como contagiadas de color, nacen las flores de Cristina Tomsig. La artista trabaja los materiales, acrílico y PVC, con prolijidad impecable y encastres perfectos. Los pétalos se superponen a superficies transparentes. Economía de colores, solo naranja y negro sobre el cristal. Economía de formas geométricas que se combinan para armar su mundo vegetal. Un “aire” del Pop de los 60´ ha invadido sus obras. La luz se cuela por las capas de materia translucida y aun así, las esculturas de Cristina, tienen una presencia que gravita en el espacio. Sobre un eje transversal sus flores se inclinan en un equilibrio pendular, como trompos que acaban de dejar de girar. Sus nuevos trabajos, círculos de celuloide, superpuestos y desplegados en el plano son confinados en cajas de acrílico que evocan el arte óptico y seducen por la sutileza de la imagen.
Desde la pura visualidad las obras de Ernesto Pesce se relacionan con las de Medici. Las vistas aéreas de plantas, el plano de “recorridos” y los objetos que aparecen, en una perspectiva diferente, plagados de detalles. Sobre el papel o las telas, los trabajos de estos dos avezados dibujantes entablan un diálogo en el espacio de exhibición.
Descendiente de una tribu itálica de pintores y grabadores y formado en el dibujo técnico, allá por los 60´, Pesce, se mueve con destreza en las superficies acuosas de las aguadas, por hilos de tinta de surcos precisos; pero el dibujo forma el lecho y el sostén de sus obras. El artista es un gran narrador, sus lecturas se convierten en historias visuales donde sus mundos ficticios y reales se tocan, se implican y nos invitan a indagar el origen de sus relatos.
Así, a partir de los títulos de las obras nos enteramos, por ejemplo, que Carlos Marx leía textos clásicos de Economía y Filosofía Política, mientras escribía El Capital, sentado bajo la cúpula de la Sala de Lectura de la Biblioteca del Museo Británico. Imaginamos al filósofo, caminando con paso decidido, en el frio Londres victoriano, siguiendo la línea de puntos que Pesce nos deja en la hoja, como miguitas de pan en el bosque, para conducirnos por el camino entre el plano de un barrio londinense y el bello dibujo de la cúpula bajo el cielo. El artista nos da pistas y nos anima a convertirnos en curiosos investigadores para reconstruir el relato.
Sus “Retratos del alma” son mucho más que los 21 gramos, mística creencia del peso de ese objeto intangible que llamamos alma. Ese “espíritu eterno” de los seres queridos que ya no están entre nosotros, físicamente. En sus dibujos son formas espectrales en mares azules, puntos brillando radiantes en constelaciones estelares o matas iluminadas de verde en selvas frondosas. Todas nos tutelan desde el recuerdo, ese lugar “tan lejos y tan cerca”.
Las obras de estos tres artistas nos muestras “realidades alternas” los jardines “terrestres” de Medici, las flores “espaciales” de Tomsig y los Cielos “espirituales” de Pesce. Pero ¿está el espacio de Eistein más cerca de la realidad que el cielo de Van Gohg? 













 



 
Agradecemos a:
Ph María Fernanda Pizarro
Quesos Farmier